Saúl: antes de que nos olviden...
El vocalista revela que Caifanes evalúa hacer más conciertos luego de sus presentaciones Vive Latino y Coachella
ALINEACIÓN ORIGINAL. Alfonso André, Sabo Romo, Alejandro Marcovich, Saúl Hernández y Diego Herrera (Foto: TANYA GUERRERO EL UNIVERSAL )
Miércoles 06 de abril de 2011
Nayeli Durand | El Universalnayeli.durand@eluniversal.com.mx
Cuando se dio a conocer que dentro de la alineación para el Festival Vive Latino se encontraba Caifanes, se generaron grandes expectativas.
Para Saúl Hernández las presentaciones que tendrá Caifanes representan un agradecimiento a la gente que siguió a la agrupación, pese a los años de ausencia.
¿Cómo han sido los ensayos y la preparación para las presentaciones?
Lo complicado fueron 15 años de ausencia porque ahora estamos desentumiendo músculos de la memoria de las canciones, de repente nos soltamos y se ha vuelto como un taller de nostalgia. Ese sonido que sólo nosotros cinco tenemos en Caifanes.
Reconocer este sonido: la guitarra de Alejandro, el bajo de Sabo, todas esas experiencias, las texturas en los teclados de hierro, Alfonso también tocando como Caifán.
Con el aplazamiento de tu disco solista, ¿qué sucesos se modificaron?
(La reunión de Caifanes) ha generado mucha distracción. Por eso ya el disco sale hasta mayo.
Entonces sólo serán estas dos únicas fechas? ¿Ya no habrá más Caifanes?
Ya no puedo decir que no. Antes, por circunstancias que todos sabemos, pues había una decisión de que no habría más Caifanes. Queremos ser honestos, reconocer este momento para ver qué haremos después.
Nos sentaremos a decidir si queremos dar un paso siguiente o si lo que estamos viviendo es cerrar el ciclo de una manera hermosísima, y no como en el pasado que fue truculento y extraño. Yo no decido por Caifanes, todos decidiremos cosas juntos: si queremos o no queremos ir.
El público ha generado grandes expectativas ante esta reunión de Caifanes, ¿cómo esperas que la gente recuerde este momento?
Como una banda que hace música, una banda mexicana que, como muchas, su intención fue creer y crear.
¿Vocalmente te sientes preparado para esta presentación?
Me aprieto las pompas para que salga el gallote (risas). Tengo 47 años y obviamente no soy el jovencito de veintitantos, pero estamos bien.
Cómo se dio el contacto? ¿Fue a raíz de la hospitalización de Alejandro?
Yo no estaba en México, estaba en el extranjero me enteré por medio de los correos de la situación y ahí entramos en una conexión, en una comunicación y de un apoyo y le comenté que lo que estuviera dentro de mis posibilidades, pues aquí estaba. Alejandro lo tomó con un corazón abierto.
¿Cómo vives hoy tras el éxito y la fama que alcanzaste en esa época?
He exorcizado mucho esa figura dentro mi vida, no lo niego pero trato de llevar una vida normal. Llevo a mis hijos a la escuela, lavo los trastes, hago las camas, trapeo y no me da pena, soy feliz. No juego este papel como de el intocable, no es mi naturaleza.
Hace 15 años se pensó que Caifanes no volvería a estar sobre los escenarios, ¿quién tuvo la iniciativa de buscar esta reunión?
Se dio. Había, de hace mucho tiempo atrás, especulaciones de si íbamos a tocar, que ya íbamos a regresar, pero la verdad es que ni nosotros sabíamos de todo eso. Justo llega una oferta entre muchas y cae justo en este momento de acercamiento. Así es como se plantea que sigamos, ya que se abrieron las puertas: se hace o no se hace. Ya después de un rato de estarlo platicando, pensando y masticarlo, dijimos pues va, vamos a hacerlo.
El tiempo fue entonces ayudó a limar las asperezas.
El tiempo es sabio, pero también los eventos que da la vida. Estos eventos son sapes celestiales que te abren los ojos y ésa es una realidad. Estaba mordiendo un hueso y allá arriba nos están mostrando que no tienes que morder ningún hueso, que te puedes abrazar al corazón. Y así fue como se empezó a dar todo.
Cuando se dio a conocer que dentro de la alineación para el Festival Vive Latino se encontraba Caifanes, se generaron grandes expectativas.
Para Saúl Hernández las presentaciones que tendrá Caifanes representan un agradecimiento a la gente que siguió a la agrupación, pese a los años de ausencia.
¿Cómo han sido los ensayos y la preparación para las presentaciones?
Lo complicado fueron 15 años de ausencia porque ahora estamos desentumiendo músculos de la memoria de las canciones, de repente nos soltamos y se ha vuelto como un taller de nostalgia. Ese sonido que sólo nosotros cinco tenemos en Caifanes.
Reconocer este sonido: la guitarra de Alejandro, el bajo de Sabo, todas esas experiencias, las texturas en los teclados de hierro, Alfonso también tocando como Caifán.
Con el aplazamiento de tu disco solista, ¿qué sucesos se modificaron?
(La reunión de Caifanes) ha generado mucha distracción. Por eso ya el disco sale hasta mayo.
Entonces sólo serán estas dos únicas fechas? ¿Ya no habrá más Caifanes?
Ya no puedo decir que no. Antes, por circunstancias que todos sabemos, pues había una decisión de que no habría más Caifanes. Queremos ser honestos, reconocer este momento para ver qué haremos después.
Nos sentaremos a decidir si queremos dar un paso siguiente o si lo que estamos viviendo es cerrar el ciclo de una manera hermosísima, y no como en el pasado que fue truculento y extraño. Yo no decido por Caifanes, todos decidiremos cosas juntos: si queremos o no queremos ir.
El público ha generado grandes expectativas ante esta reunión de Caifanes, ¿cómo esperas que la gente recuerde este momento?
Como una banda que hace música, una banda mexicana que, como muchas, su intención fue creer y crear.
¿Vocalmente te sientes preparado para esta presentación?
Me aprieto las pompas para que salga el gallote (risas). Tengo 47 años y obviamente no soy el jovencito de veintitantos, pero estamos bien.
Cómo se dio el contacto? ¿Fue a raíz de la hospitalización de Alejandro?
Yo no estaba en México, estaba en el extranjero me enteré por medio de los correos de la situación y ahí entramos en una conexión, en una comunicación y de un apoyo y le comenté que lo que estuviera dentro de mis posibilidades, pues aquí estaba. Alejandro lo tomó con un corazón abierto.
¿Cómo vives hoy tras el éxito y la fama que alcanzaste en esa época?
He exorcizado mucho esa figura dentro mi vida, no lo niego pero trato de llevar una vida normal. Llevo a mis hijos a la escuela, lavo los trastes, hago las camas, trapeo y no me da pena, soy feliz. No juego este papel como de el intocable, no es mi naturaleza.
Hace 15 años se pensó que Caifanes no volvería a estar sobre los escenarios, ¿quién tuvo la iniciativa de buscar esta reunión?
Se dio. Había, de hace mucho tiempo atrás, especulaciones de si íbamos a tocar, que ya íbamos a regresar, pero la verdad es que ni nosotros sabíamos de todo eso. Justo llega una oferta entre muchas y cae justo en este momento de acercamiento. Así es como se plantea que sigamos, ya que se abrieron las puertas: se hace o no se hace. Ya después de un rato de estarlo platicando, pensando y masticarlo, dijimos pues va, vamos a hacerlo.
El tiempo fue entonces ayudó a limar las asperezas.
El tiempo es sabio, pero también los eventos que da la vida. Estos eventos son sapes celestiales que te abren los ojos y ésa es una realidad. Estaba mordiendo un hueso y allá arriba nos están mostrando que no tienes que morder ningún hueso, que te puedes abrazar al corazón. Y así fue como se empezó a dar todo.
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