HISTORIA, TRADICIONES Y COSTUMBRES DE MI TIERRA COMALCALCO
(por Leirbag Van Butterflies Morrison)
JOSÉ VASCONCELOS EN COMALCALCO TABASCO
José Vasconcelos Calderón nació en Oaxaca, 28 de febrero de 1882, fue un abogado, político, escritor, educador, funcionario público, soberbio y filósofo mexicano. Autor de una serie de novelas autobiográficas que retratan detalles singulares del largo proceso de descomposición del porfiriato, del desarrollo y triunfo de la Revolución mexicana y del inicio de la etapa del régimen post-revolucionario mexicano que fue llamada «de construcción de instituciones».
Fue nombrado primer Secretario de Educación Pública del país; además fue el 9º rector de la Universidad Nacional condecorado como Doctor Honoris Causa por la misma institución y por las de Chile, Guatemala y otras latinoamericanas. Fue también miembro de El Colegio Nacional y de la Academia Mexicana de la Lengua.
Creador del lema universitario "Por mi raza hablará el espíritu".
Según relata el autor Elías Balcázar Antonio en su libro Tabasco a dos tiempos, la crónica de la visita del político José Vanconcelos a tierras chocas:
Una vez terminada la ceremonia de bienvenida en Puerto Ceiba los viajeros abordaron automóviles para dirigirse a Comalcalco, "La Perla de la Chontalpa", donde llegaron a las 14:00 horas del domingo 09 de julio 1944. Vasconcelos fue recibido también con gran entusiasmo. Ahí el profesor Rosendo Taracena le dio la bienvenida y lo invitó a visitar el museo arqueológico construido por el mismo don Rosendo en el Instituto Comalcalco del que era director. En el plantel del Instituto, Vasconcelos inauguró un monumento a la Madre, monumento tallado en cerámica por el ilustre mentor cunduacanense. Después el intelectual oaxaqueño visitó la escuela Teresa Vera, para luego ir a comer en la casa de don Heberto Moheno, Presidente Municipal. Hubo un gran baile además.
Sin embargo el festejado Vasconcelos, el gobernador Noé de la Flor y su comitiva se retiraron para dirigirse a las playas del balneario "El Limón", en Paraíso, a tomar un baño de mar. Eran las 18:00 horas, una tarde cálida y pachorruda. Se caía el sol allá en el horizonte, perdiéndose entre las olas; los pocos rayos de luz se filtraban con timidez entre las palmeras que jugaban con la brisa; el anochecer desdibujaba el verde paisaje hasta borrarlo por completo, las sombras daban la bienvenida a la noche inminente y, con ella, a las figuras fantasmales que se escondían en la arboleda. El verde mar terminó por tornarse plomizo y se perdió otro día más en la eternidad.En representación del Gobierno del Estado, el Licenciado Máximo Evia le brindó unas palabras para honrar al culto oaxaqueño. Por último éste tomó la palabra y, entre otras cosas, dijo: "La impresión que llevo de Tabasco es que está rehabilitándose después de un largo y doloroso periodo de destrozo administrativo y social...Esta escuela que lleva mi nombre me ha producido una impresión de tierna gratitud porque es limpia y clara y se encuentra colocada en un ambiente tropical que siempre ha sido grato a mi corazón". Quizá esta última reflexión la hizo Vasconcelos emocionado por los recuerdos de su niñez cuando vivió en la ciudad de Campeche con su padre quien, por su trabajo, era enviado a distintas plazas del país. El padre de don Pepe era de oficio telegrafista, según él mismo nos cuenta en su Ulises Criollo. Luego, dirigiéndose a los maestros les dijo: "Tenéis la trascendental misión de formar en los niños mentes equilibradas y serenas".
En ese balneario pernoctó Vasconcelos. Al día siguiente, 10 de julio, temprano, 9:00 horas, él y toda la comitiva se dirigieron de retorno a Puerta Ceiba. En ese pequeño puerto interior tuvo lugar una
ceremonia con la que se inauguró la escuela que hoy lleva su nombre.
Concluida la ceremonia y los abrazos y saludos de despedida, el festejado oaxaqueño tomó la lancha de regreso a Villahermosa y durmió en lo que hoy es la Quinta Grijalva y la casa oficial de los gobernadores. Al día siguiente, antes de partir rumbo a la Ciudad de México, desayunó tortuga en verde, tamales de pavo y de chipilín, plátanos fritos, maduros y verdes machacados, frijoles refritos,
chocolate hecho con cacao criollo, espumoso y caliente, así como café.
¡Todo un desayuno tabasqueño! Amenizó el desayuno con su guitarra y su voz el trovador tabasqueño, Pedro Gutiérrez Cortés. Todo esto nos lo cuenta un reportero que cubrió la fuente.
Durante la visita del Licenciado Vasconcelos a Comalcalco, el profesor Rosendo Taracena Padrón le dirige unas palabras alusivas según lo narra el cronista de la ciudad don Manuel Burelo Dominguez en su libro Comalcalco del ayer:
Uno de los triunfos del maestro Taracena, al recibir la visita en su Instituto del sabio filósofo "DON JOSÉ VASCONCELOS", quien fuera el primer secretario de Educación Pública en México, durante el sexenio del General Álvaro Obregón Sabido; el Licenciado Vasconcelos llegó acompañado por el entonces gobernador de Tabasco Licenciado Noé de la Flor Casanova, el maestro correspondió a esta visita con una velada literaria musical, en honor a tan distinguidos personajes y fue el propio maestro quien se dirigió a los presentes ofreciendo el festival de la siguiente manera: YO PREGUNTO e hizo una pausa, para repetir nuevamente YO PREGUNTO: ¿Qué vienen a hacer los mares en donde están los ríos, cuando los ríos deben de ir adonde están los mares? nuevamente otra pausa; ¿Qué vienen a hacer los sabios adonde estamos los ignorantes, cuando los ignorantes debemos de ir adonde están los sabios?. Estas palabras motivaron al Licenciado Vasconcelos quien se levantó de su silla subiéndose al escenario para estrecharse en un fuerte abrazo con el Maestro Taracena y vivamente emocionado con toda la inspiración de su alma le correspondió al Maestro con las siguientes palabras "DIOS BENDIGA A TABASCO QUE TIENE HOMBRES TAN ILUSTRES", la ovación del público no se hizo esperar, así como las dianas; también recuerdo que uno de los números artísticos que se presentaron esa noche en el festival, fue el de las "JICARITAS" representado por alumnos del Instituto vestidos a la usanza Maya y el personaje central que representó a la MALINCHE lo fue la señorita Lucila Montejo Méndez, ya finada.
El maestro Taracena también incursionó en el difícil arte de la escultura, de ella heredó a Comalcalco con dos moldes en barro, el primero fue un monumento a la MADRE muy original mismo que por negligencia de las autoridades municipales se destruyó en los corredores de la planta baja del Palacio Municipal; el segundo un busto de la efigie del propio maestro y del que se ignora qué fin tuvo, es lamentable que tanto las autoridades municipales como las educativas de esa época, no hayan sabido valorar en su exacta dimensión la importancia de esa dos obras de formas esculturales hechas por las propias manos del maestro Taracena.
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