Anécdotas e historias del rock
PRIMERA PARTE
UNDER MY THUMB Y LA MUERTE DE MEREDITH TAYLOR, 1969
El Altamont
Speedway Free Festival, organizado por los Rolling Stones y realizado el 6 de
diciembre de 1969 en California, terminó en tragedia y escándalo.
Hay festivales musicales que
se han convertido en verdaderos momentos históricos de la música popular, esto
debido a la cantidad de personas asistentes, por el surgimiento de futuras
estrellas o por el cartel reunido, de entre estos podemos mencionar el Monterey
Pop Festival (1967), el mítico Festival de Woodstock (1969), el Festival de la
Isla de Wight (1970), el Concierto por Bangladesh (1971), entre otros. Pero hay
otros festivales que se distinguen por el caos y la tragedia, el mayor caso de
ellos es el Festival de Altamont, realizado en California, Estados Unidos, el 6
de diciembre de 1969.
Este festival fue organizado
por los Rolling Stones, en el cual tocaron Santana, Flying Burrito Brothers,
Crosby, Stills, Nash & Young, Jefferson Airplane, además de “Sus satánicas
majestades”; en el cartel también estaban incluidos los Grateful Dead, quienes
a la mera hora decidieron no tocar, esto ante el clima de caos y descontrol que
se sentía en el lugar, y para que Jerry García y compañía hayan decidido eso es
porque en verdad las cosas pintaban feo.
Para empezar se dice que ni
siquiera había baños públicos ni personal de emergencias médicas, así como
problemas para conseguir agua y alimentos. El escenario era demasiado pequeño y
el equipo de audio e iluminación eran deficientes.
Pero el error garrafal de los
Rolling Stones fue contratar a los Hell Angels, banda de motociclistas, como
cuerpo de seguridad para el evento. Aunque el manager de los Rolling Stones ha
negado este hecho, con el tiempo se ha confirmado por boca propia de los mismos
Hell Angels, mencionando que la paga fue a través de poco dinero y mucha
cerveza.
La mayoría de los Hell Angels
se encontraban o borrachos o drogados, y no eran las personas más pacíficas e
inteligentes que digamos, sino todo lo contrario, estos aspectos hicieron que
no pudieran manejar la logística para mantener el orden de las 300, 000
personas reunidas. Incluso el caos fue sufrido también por las bandas, uno de
los incidentes lo vivió Marty Balin, cantante de Jefferson Airplane, quien fue
golpeado y noqueado por uno de los Hell Angels en pleno set de la banda.
El saldo fue de 4 personas
fallecidas: 3 de manera accidental (un ahogado en un arroyo y 2 en accidentes
viales) y un homicidio. La persona asesinada se llamaba Meredith Taylor, y
falleció por heridas con “arma blanca” a manos de uno de los “Hell Angels”. La
“verdad legal” fue que hubo un altercado entre Meredith (joven afroamericano) y
algunos Hell Angels, y que en cierto momento Taylor mostró un arma de fuego
siendo inmediatamente después apuñalado por Alan Passaro, miembro de la banda
de motociclistas, provocándole la muerte de inmediato. Todo esto sucedió cuando
los Rolling Stones tocaban “Under my thumb”, quedando el hecho registrado en
video.
Minutos 3:37
El concierto se suspendió
momentáneamente, continuando minutos después, hasta que los Rolling Stones
prefirieron terminarlo antes de tiempo, temiendo una tragedia más. Este hecho
marcó el fin de la época hippie y además cambió la forma de hacer conciertos,
buscando la profesionalización en planificación de giras y tocadas, sobre todo
en cuanto a medidas de seguridad.
El festival de Altamont de
los Rolling Stones es una de las tragedias del rock que jamás se olvidarán.
UNA NOCHE EN PUEBLA QUEEN EN CONCIERTO, 1981
Queen se
presentó en Monterrey y Puebla, en octubre de 1981.
La historia de los conciertos
en masivos en México es, hasta cierto punto, joven. Prácticamente fue en los
90’s cuando comenzaron a darse estos eventos con mayor frecuencia, esto
derivado de que el Gobierno mexicano y las administraciones estatales no daban
permisos para la realización de conciertos masivos, todo ante la mala (falsa)
imagen que dejó el festival de Avándaro y ante el rasgo represivo que
mantuvieron durante mucho tiempo estas autoridades.
Pero en octubre 1981, una
banda de rock de época llegaba a nuestro país, para marcar un importante
precedente en materia de conciertos: Queen. El cuarteto conformado Brian May,
Roger Taylor, Freddie Mercury y John Deacon, trajo su “The Game Tour” a
Monterrey y Puebla, excluyendo a la capital del país por las razones arriba
mencionadas.
El primer show fue en
Monterrey, el 9 de octubre de 1981; las crónicas dicen que fue un concierto
apoteósico, maravilloso, en el que Queen se entregó por completo en el
escenario y el público se comportó a la altura, solo hubo algunos detalles
mínimos antes del show, ya que los organizadores se vieron rebasados por la
magnitud del evento, pero nada de cuidado.
Las siguientes 2 fechas
fueron en Puebla, el 17 y 18 del mismo mes. Ahí la cosa cambió, ya que el caos
fue mayor, aunque a final de cuentas los conciertos terminaron por realizarse.
El aspecto más negativo se dio durante el primer concierto en territorio
poblano: cuando Queen inició la ejecución del clásico “Another one bite the
dust”, Freddie Mercury salió al escenario con un enorme sombrero mexicano de
paja, en señal de afecto hacia el público ahí reunido, pero tal parece que la
gente lo tomó de forma completamente opuesta, lo vieron como una ofensa, como
un gesto de burla y la respuesta no se hizo esperar, y comenzaron a aventar
todo tipo de objetos al escenario, destacando la gran cantidad de zapatos que
empezaron a volar hacia Mercury.
Los integrantes de Queen no
evitaron mostrar su (comprensible) enojo, pero como profesionales continuaron
con el show. Al terminar el concierto, Freddie Mercury se despediría con
agradecimientos sarcásticos: “¡Muchas gracias, Puebla!, ¡México thank you for
the shoes, adiós amigos, mother fuckers, good bye, you bunch of tacos!”, dicen
que dijo el gran cantante.
Al día siguiente, el tercer
concierto en suelo mexicano de Queen se dio con un poco más de control,
mostrándose la banda a gusto sobre el escenario, como si el incidente de la
noche anterior no hubiera tenido importancia.
Así las cosas durante el 17
de octubre de 1981 en Puebla: zapatazos mexicanos a 4 majestuosos rockeros
extranjeros, todo por un sombrero gigante de paja.
SYD BARRET EL BRILLANTE DIAMÁNTE LOCO DE PINK FLOYD
Durante la
grabación del disco “Wish you were here” de Pink Floyd, Syd Barrett se
reencontró con sus antiguos compañeros.
Hablar de Pink Floyd es
hablar de una banda legendaria: majestuosos discos, giras y conciertos
impactantes y, claro, muchas historias sumamente interesantes alrededor del
grupo, algunas de ellas bizarras, escandalosas, otras tristes y emotivas,
dentro de este último grupo de anécdotas destaca el emotivo rencuentro de Syd
Barrett con Pink Floyd.
5 de junio de 1975: Pink
Floyd se encontraba en pleno trabajo de post producción de su disco “Wish you
were here”; las sesiones de trabajo habían sido extenuantes y llenas de tensión,
la banda traía una especie de resaca después de la vorágine del maravilloso
“Dark side of the moon” y los egos y las diferencias al interior del grupo
estaban haciéndose manifiestos, aunque, a pesar de esto, los resultados
obtenidos eran muy buenos.
De repente, esa tarde, cuando
trabajan en “Shine on you crazy diamond”, un extraño personaje ingresó al
estudio de grabación, nadie sabía quién era. Era un sujeto pálido, obeso,
completamente rapado y con las cejas depiladas, su mirada estaba vacía y parecía
estar en otro mundo, no ahí en los estudios de Abbey Road. Nadie le prestó
mucha atención, unos pensaban que era amigo de alguien, otros que se trataba de
alguna persona del staff o de personal administrativo de los estudios.
En determinado momento, David
Gilmour sintió algo al mirar a aquel sujeto raro, había algo que le llamaba la
atención de él, pero no podía determinar qué; al escrutar la mirada vacía de
este hombre David se dio cuenta de quién se trataba: era Syd Barrett, el primer
cerebro de Pink Floyd, aquélla mente alucinada creadora de “The Piper at the
gates of dawn”, aquél al que echaron de la banda porque su mente psicótica se
había vuelto un obstáculo en el camino del grupo, aquél que se había ido a dar
una vuelta al espacio, quedándose allá por siempre.
David de inmediato le
comunicó esto a Nick, Roger, Rick y al resto del equipo, la reacción fue de
estupor primeramente, después de completa emoción, se dice que David y Roger se
echaron a llorar.
Como se mencionó líneas
arriba, el estado de Syd era lamentable; a pesar de esto y de que parecía estar
ausente, se mantuvo platicador, aunque, obviamente, muy incoherente. Dijo que
había ganado mucho peso debido a que había estado comiendo muchas chuletas de
cerdo y que tenía una televisión a color; por otro lado, decía que quería
participar en la grabación, quería aportar en las guitarras de las canciones,
pero al escuchar lo que Pink Floyd tenía trabajado se limitó a decir, con gran
desgana, que no entendía las canciones; la canción que había escuchado era
“Shine on you crazy diamond”.
Al finalizar la tarde la
banda tendría un convivio, ya que ese día David Gilmour se casaría, invitaron a
Syd a acompañarlos y éste aceptó y acudió; obviamente, la mente de Barrett se
encontraba aun viajando por el espacio sideral, por lo cual no encajó en la
reunión y se fue sin despedirse.
Los 4 miembros de Pink Floyd
habían quedado muy impactados ante la experiencia; Syd continuó su aislamiento
en casa de su madre, alejado completamente de la música y los reflectores, hasta
su muerte el 7 de julio de 2006, a causa de cáncer, momento en el que Roger,
Rick, David, Nick y el resto del mundo volvieron a saber algo de él.
MUSICA PSICODÉLICA EN UN LUGAR PICODÉLICO
Pink Floyd
efectuó en 1971 una de las experiencias musicales en vivo más alucinantes del
rock: su directo en Pompeya.
Pink Floyd es una de las
bandas de rock más importantes de todos los tiempos: pasaron del blues a la
alucinante piscodelia y de ahí al rock progresivo, dejando como legado algunos
de los mejores discos de todos los tiempos, además de algunas de las ideas más
delirantes que se han materializado para beneplácito de millones de rockeros.
De entre estas ideas destaca el concierto en Pompeya.
A finales de 1970, el
director de cine Adrian Maben buscó y logró un acercamiento con Pink Floyd, ya
que buscaba filmarlos tocando en vivo, pero no un concierto tradicional, sino
algo distinto, algo nunca antes hecho. Logró una cita con el equipo de trabajo
de la banda y David Gilmour y, aunque hubo una lluvia de ideas interesantes (y
delirantes), no se llegó a nada en concreto.
Ya en 1971, Maben viajó a
Italia, para turistear por Pompeya, antigua ciudad Napolitana, que quedó en
ruinas en el año 79 d.C, debido a la erupción del Volcán Vesubio. Después de
una jornada turística, ya de noche, Maben se dio cuenta de que había olvidado
su pasaporte en el famoso Anfiteatro en ruinas de Pompeya, por lo que regresó a
ese lugar ya con el Sol ocultándose. Al entrar al Anfiteatro, ya de noche,
Adrian se impactó por lo místico y majestuoso que se veía el lugar y ahí fue
donde se dio cuenta que ese era el lugar ideal para el filme con Pink Floyd.
De inmediato se puso en
contacto con el staff de la banda y se llegó a un acuerdo. El concierto en
Pompeya sería distinto a todos los demás: no habría público, sería solo el
grupo tocando en el Anfiteatro en ruinas.
Una noche antes de filmar,
Adrian Maben escuchó las canciones que la banda interpretaría, las cuales eran
“Echoes”, “One of these days” y “A Saucerful of secrets”, ante lo cual empezó a
pensar sobre las tomas que haría y así no tener que trabajar sin planeación.
Esto implicó un reto
importante en todos los sentidos, ya que movilizar e instalar el apabullante
equipo de audio de Pink Floyd era una labor sumamente compleja.
Después de que esto se logró,
el siguiente problema en resolver fue la corriente eléctrica; esto se resolvió
a través de un larguísimo cable que iba desde una casa en el centro de la
ciudad hasta el anfiteatro, para lo cual se tuvo que dejar a una persona del
equipo en dicha casa para evitar que desconectaran el cable, hecho que pasó
varias veces.
Para la grabación del audio
se montó una consola de 24 canales, para hacerlo como si fuera un álbum
tradicional, el resultado obtenido fue grandioso, ya que el rebote en las
paredes del anfiteatro creo un sonido cargado de eco, lo cual le encantó a la
banda.
El extremo clima era tan
agobiante que los integrantes de la banda sufrieron con él, incluso en la
película se les ve con la piel irritada; esto también afectó los instrumentos y
el equipo de audio, aunque no hubo graves consecuencias.
El tiempo disponible para la
grabación fue muy poco, solo se obtuvo permiso para el 4 y el 7 de octubre en
ciertos horarios, ya que para este proyecto se cerró el acceso al público; es
por esto que solo se grabaron las canciones mencionadas y después grabarían en
Francia “Careful with that axe, Eugene”, “Set the controls for the heart of the
sun”, “Mademoiselle Nobs” (con la perra afgana del mismo nombre aullando de lo
lindo), teniendo imágenes de Pompeya como fondo.
El resultado fue brutal: Pink
Floyd Live at Pompeii es uno de los documentos audiovisuales rockeros más
impactantes de todos los tiempos, en él podemos apreciar a la banda en el
inicio de su mejor momento creativo, justo en la víspera de la creación de
“Dark side of the moon”. El marco del Anfiteatro de Pompeya fue magistral y
acorde al dramatismo y misticismo del grupo. En síntesis, esta idea delirante
se materializó convirtiéndose en una verdadera obra maestra.
LOS ROLLING STONES EN VIVO DESDE EL HYDE PARK, 1969
El
de 1969 en Hyde Park era el
primer concierto público de The Rolling Stones en 2 años.
Era pleno verano, 5 de julio, el calor hacía estragos y el directo estaba
preparado para ser la introducción de su nuevo guitarrista, Mick Taylor. Pero sus planes se trastocaron
repentinamente cuando, 2 días antes de la actuación, moría Brian Jones. A partir de ese momento, el de
Hyde Park se convertiría en el homenaje al gran guitarrista fallecido a
los 27 años.
El setlist estuvo formado por 14 temas: “I’m
Yours & I’m Hers,”, “Jumpin’ Jack Flash”, “Mercy
Mercy”, “Down Home Girl”, “Stray Cat Blues”, “No
Expectations”, “I’m Free”, “Loving Cup”, “Love in
Vain”, “(I Can’t Get No) Satisfaction”, “Honky Tonk
Women”, “Midnight Rambler”, “Street Fighting Man” y “Sympathy
for the Devil”. Este
último terminó alargándose 18 minutos y reunió en el escenario a un numeroso
grupo de músicos africanos.
Los
elementos que formaban la escena aquel día hicieron aún más histórica la
actuación. Desde los Hells Angels encargándose
de la seguridad del concierto hasta un posible Joey Ramone bailando entre el público. La
mayoría de los críticos coinciden en señalar aquel concierto como mítico e
histórico, y lo definen como un acontecimiento memorable. Sin embargo, también
apuntan que no fue ni mucho menos el mejor concierto de Mick Jagger y compañía.
Con el paso de los años, se ha podido saber que las guitarras estaban
desafinadas y que el sonido no estuvo a la altura. ¿Pero a quién le importa? La
gente solo quería volver a ver en directo a los Stones. Y lo disfrutaron al
máximo.
LONDRES – Los Rolling Stones retrocederán en el tiempo este fin
de semana al reproducir un bosque en el Hyde Park de Londres donde realizaron
un concierto en 1969 que se convirtió en un tributo al fundador de la banda,
Brian Jones.
Jones ya había dejado a los Stones la última vez que el líder
Mick Jagger, el guitarrista Keith Richards y el baterista Charlie Watts tocaron en el parque real
hace 44 años, en un concierto destinado a presentar a su reemplazante Mick
Taylor.
Dos días antes del espectáculo, Jones de 27 años se ahogó en su
piscina bajo la influencia de drogas y alcohol, lo que convirtió al concierto
en un tributo.
Luego de su aclamado debut en el festival de Glastonbury y tras
el éxito de las celebraciones del año pasado que marcaron sus 50 años en la
música, la banda de una edad promedio de 69 años tiene la oportunidad de
reinventar su pasado con dos conciertos el 6 y 13 de julio, cuyas entradas
están agotadas.
“Hyde Park tiene para nosotros tantos recuerdos fantásticos y no
podemos pensar en ningún otro sitio mejor para actuar para nuestros seguidores
de Reino Unido este verano”, dijo Jagger en abril, anunciando el primero de los
dos conciertos.
Maquetas de árboles de roble y miles de ramas han sido llevadas
al set y fuentes dijeron a Reuters que los Stones querían un entorno que fuera
lo más natural posible.
“Cuando Mick y la banda miraban desde el escenario allí en la
década del sesenta todo lo que podían ver era un mar de gente y un montón de
árboles, pero desde entonces mucho de estos han sido quitados o trasplantados”,
dijo una fuente a los medios británicos. “Ellos quieren recrear el bosque”,
agregó.
Philip Norman, quien escribió la biografía no autorizada
“Jagger”, dijo que si bien el público moderno podría no recordar la genialidad
musical de Jones, los fieles seguidores de la banda estarán buscando un guiño
al hombre que dio inicio a todo.
“Muchos de los viejos seguidores y gran cantidad de personas que
conocían a los Stones en esos días estarán gustosos y orgullosos si (Jagger) lo
hiciera (un reconocimiento de Jones) y bien puede hacerlo”, dijo Norman a
Reuters.
La nostalgia ha tenido un papel importante en las actividades de
los Rolling Stones del último año, cuando celebraron 50 años en el negocio de
la música y se embarcaron en una gira por Norteamérica.
Los Rolling Stones estuvieron a la altura de su reputación como
una de las mayores bandas de ‘rock and roll’cuando tocaron ante más de
100,000 espectadores en el festival de Glastonbury el fin de semana pasado.
Los Stones han elegido a un grupo de bandas “independientes”
como teloneros para que toquen ante una multitud de 65,000 personas en Hyde
Park. The Vaccines y The Temper Trap comparten cartelera con los Stone.
Representantes de las bandas dijeron que es falso un rumor sobre
que la cantante ganadora del Grammy, Adele, vaya a estar presente.
Los Rolling Stones surgieron junto con los
Beatles a principios de la década de 1960, convirtiéndose en uno de los grupos
más exitosos de la historia de ‘rock and roll’ con éxitos como “Jumpin’ Jack
Flash”, “Satisfaction” y “Sympathy for the Devil”.
Estuvieron de gira la última vez para el espectáculo “A Bigger
Bang” de 2005 al 2007, tocando en 144 espectáculos en todo el mundo, y
recaudando más de 550 millones de dólares, una de las giras más lucrativas del
mundo.
Las actuaciones en vivo han surgido como la mayor fuente de
ingresos en el negocio de la música a medida que las ventas de música pasan al
formato digital.
Un creciente número de bandas veteranas han vuelto a los
escenarios, atrayendo a seguidores envejecidos y adinerados dispuestos a pagar
precios altos por las entradas.
Nunca ha habido un concierto como éste. Medio
millón de personas aproximadamente uno de cada cien habitantes de Gran
Bretaña- se reunieron al aire libre en el Hyde Park de Londres para disfrutar,
escuchar, desmayarse, alegrarse, idolatrar y rendir homenaje al grupo pop que
se describe como la mejor banda de rock 'n roll del mundo: los Rolling Stones.
Fue uno de los conciertos más esperados de 1969.
El 5 de julio de 1969, dos días después de la trágica muerte del guitarrista
Brian Jones, los Rolling Stones ofrecían su icónico concierto gratuito en el
Hyde Park de Londres, bajo una atmósfera cargada de emoción. Un diario de la
época tituló el evento como "Requiem for a Stone".
Este documental The Stones in the Park relata
a lo largo de 52 minutos la historia de este evento único al que el famoso
diario londinense The Guardian llamó "un gran acontecimiento en la
historia social inglesa". Teloneando a los Stones hubo una mezcla de
fantásticos grupos británicos, entre ellos King Crimson y New Church, el último
grupo de Alexis Korner
"Esto no es un espectáculo pop", dice
el coproductor Leslie Woodhead. "El programa se centra en todo el evento,
en el que la música fue solo una parte. Registramos los acontecimientos desde
el acampe de los fanáticos en sus bolsas de dormir al amanecer, hasta la noche
final. Nuestra primera cámara entró en acción a las 4.30 de la madrugada, tan
pronto como la luz natural permitía la filmación".
Seis productores internacionales galardonados,
seis equipos de cámaras y un equipo de más de 50 técnicos trabajaron en el
programa. Un segundo equipo filmó los arreglos previos al concierto en el
parque.
AHÍ VIENEN LOS CAIFANES
Aquí una
anécdota relacionada con el inicio de la trayectoria de Caifanes.
Para las grandes bandas de
rock no todo fue “miel sobre hojuelas”; como toda historia de éxito, la mayoría
de los grupos consagrados se las vieron muy negras al inicio de su carrera:
tocar muchas puertas, ver malas caras, recibir tratos indignos, tocar gratis,
andar de “hueseros”, vivir al día, entre otras situaciones. Así, en el presente
artículo hablaremos sobre el caso de Caifanes y su difícil inicio en el rock.
La historia de Caifanes se
remite a 1987; Saul Hernández se encontraba sin grupo y conoció a Diego
Herrera, con quien tuvo tan buena química que de inmediato empezaron a
visualizar una banda. Tiempo después reclutan a Sabo Romo y después de probar
con 2 bateristas, Alfonso André se une definitivamente al grupo; de este modo
graban un demo, integrado por las canciones “¿Será por eso?”, “Nada”, “Amanece”
y “Mátenme porque me muero”.
Caifanes empieza a dar
tocadas por el circuito under de la Ciudad de México, y se deciden a ir a tocar
puertas de productores y disqueras.
En determinado momento, la banda va a las oficinas de CBS (hoy SONY) y lleva su
demo para ver si había alguna oportunidad.
Según palabras del mismo Sabo
Romo, lo primero que les dijo el tipo que los recibió fue: “¡qué bárbaros!,
pero si parecen putos”. Lo siguiente que pasó fue una sesión de escucha del
demo, siendo “Será por eso” la primera rola que sonó; la leyenda cuenta que los
“ejecutivos” y personal de dicha disquera se quedaron mudos, sin decir palabra
alguna al terminar la canción, hasta que uno de ellos rompió el silencio y
dijo: “pues sí, suenan muy bien muchachos, pero aquí vendemos discos, no
ataúdes”, refiriéndose a sus canciones tan densas, deprimentes y oscuras,
aunado a la imagen que se cargaban los Caifanes.
Esta disquera les brindó
cierta expectativa a través de una especie de pre – contrato, pero de inmediato
fueron despachados con un oficio en el que les notificaron que no estaban
interesados en la propuesta artística de Caifanes.
Tiempo después, RCA Ariola
buscó talento nacional para abrir un concierto del argentino Miguel Mateos en
la Ciudad de México, los elegidos fueron Caifanes y Neón. Este hecho cambiaría
para siempre la vida de los 4 Caifanes, ya que ahí se encontraba presente el
productor argentino Óscar López, quien se dio cuenta del gran potencial del
grupo, sugiriéndole a RCA Ariola, sub sello de BMG, firmar a Caifanes. De ahí
en adelante la historia la conocemos todos.
¡Cómo da vueltas la vida! En
2008 BMG Ariola anuncia su disolución, Sony entra al quite y le compra el
catalogo completo de artistas, ¡incluyendo a Caifanes! Hoy, a 28 años de
aquellos días, vale la pena recordar a los Caifanes funerarios.
La cara oculta del rock: La extraña muerte de Brian Jones, el fundador de los Rolling Stones
La vida de Brian Jones terminó como el principio de “El crepúsculo de los dioses” (Billy Wilder, 1950), con un cuerpo inerte flotando en una piscina. Aunque se consideró como un accidente, los sucesos que precedieron a la muerte del fundador de los Rolling Stones siguen siendo una gran incógnita.
Una sección de HÉCTOR SÁNCHEZ.
En la madrugada del 3 de julio de 1969, los Rolling Stones estaban enfrascados en los estudios Olympic grabando una versión del tema de Stevie Wonder ‘I don’t know why’ cuando una inesperada llamada telefónica les hizo detenerse. No había pasado un mes desde que los componentes del grupo, cansados de los constantes problemas de Brian Jones con las drogas, habían expulsado a su miembro fundador. Después de descolgar el teléfono, recibieron una dura noticia: Brian había muerto.
Los sucesos que acontecieron la noche del 2 al 3 de julio siguen siendo un misterio. La única certeza que se tiene es que el cuerpo de Brian Jones acabó sin vida en una piscina ante la atenta mirada de una estatua de Christopher Robin.¿Cuál fue el motivo? ¿Fue un accidente? ¿Un suicidio? ¿O un asesinato?
Antes de morir, parecía que Brian había logrado cierta tranquilidad. Vivía en Cotchford Farm, la casa de campo que había comprado en Sussex y que antes había pertenecido al escritor A.A. Milne, autor de “Winnie the Pooh”. A pesar de haber sido expulsado de su propio grupo, Jones era feliz ya que su cabeza estaba plagada de proyectos junto a otras estrellas de la talla de John Lennon, Jimi Hendrix o la Creedence Clearwater Revival. Además, mujeriego impenitente vivía con su nueva novia, una bailarina sueca llamada Anna Wohlin. Brian Jones decidió hacer reformas en su nueva mansión y para ello contó con la valiosa ayuda del constructor Frank Thorogood y su tropa de albañiles. El antiguo Rolling Stone no tardaría en cansarse de las continuas y molestas bromas que sufría por parte de estos trabajadores. Además, la profesionalidad de estos dejaba bastante que desear. El día que se desplomó una viga de la cocina, Jones dijo basta y despidió a los obreros. No obstante, como aún tenía deudas con el constructor, Brian permitió que Thorogood y su novia, la enfermera Janet Lawson, se quedaran viviendo en la habitación de invitados de la casa.
La fatídica noche del 2 al 3 de julio, Jones, Thorogood y sus respectivas parejas se encontraban en la mansión. Una de las versiones de esta historia dice que por allí también estaban algunos de los trabajadores del capataz de la obra. Varios de estos obreros volvieron a hacer de las suyas y comenzaron a vacilar al músico en el interior de la piscina, tal como lo describió un testigo que prefirió no revelar su identidad: “Al principio yo no presté mucha atención, solo vi que estaban empujando y hundiendo a Jones en el agua y un par de chicas dijeron: ‘¡Eh, dejadle en paz!’ Pero aquello solo hizo que le dieran más fuerte. Entonces, Brian intentó salir de la piscina, pero ellos no le dejaron… Le hundían y le sujetaban la cabeza bajo el agua y luego le dejaban salir dos segundos, él tosía y le volvían a hundir…”. ¿Fueron estos obreros los responsables de la muerte de Brian Jones? Keith Richards, en su autobiografía, tiene su propia visión de la posible relación entre Brian y los trabajadores: “Seguro que les tocó los cojones a los obreros quejándose por todo y dando por saco. Independientemente de si los obreros estaban por allí o no, había llegado a un punto en su vida en que ya nada tenía sentido”.
Sin embargo, para Anna Wohlin los hechos fueron diferentes. Según su versión, aquella noche en la casa solo se encontraban ella, Jones, Thorogood y Lawson. Brian pretendía hacer las paces con Thorogood y bromeaba con él, pero el capataz se mostró agresivo y le exigió el dinero que Jones le debía. Después de unas copas de vino, el músico, su novia y el constructor decidieron darse un baño en la piscina. Janet Lawson rechazó el chapuzón y se quedó en la casa ya que pensó que meterse en la piscina no era la mejor idea: “Él había estado bebiendo. Andaba un poco tambaleante. No se encontraban en condiciones de nadar. Lo noté muy claramente, y así se lo hice ver a ambos. Ellos no hicieron caso de mi advertencia”. Como consecuencia de las bromas de Brian, él y Thorogood acabaron forcejearon en la piscina. En ese momento, Janet avisó a Anna para que atendiera una llamada telefónica, así que la bailarina abandonó la piscina dejando a los dos hombres solos. Según Wohlin, unos quince minutos después, Thorogood entró en la casa tiritando: “Hablaba por teléfono cuando oí gritar a Janet bajo la ventana del dormitorio: ‘¡Anna! ¡Anna! ¡Algo le ha pasado a Brian!’. Encontré a Frank en la cocina. Sus manos temblaban de tal manera que apenas podía encender el cigarrillo (…). Cuando salí fuera, no se veía a Brian por ninguna parte. Luego lo vi, tumbado en el fondo de la piscina”.
El constructor sacó a Brian de la piscina y la enfermera intentó reanimarlo sin ningún resultado. Anna aseguró que aún tenía pulso cuando lo sacaron del agua. La ambulancia y la policía llegaron y se llevaron el cuerpo de Brian Jones y su inhalador de asma, que se encontraba al borde de la piscina. El informe del forense detalló “muerte accidental” y la causa fue la “inmersión en el agua bajo la influencia del alcohol y las drogas”.
Como Brian era un buen nadador, los rumores comenzaron a extenderse y se barajaron otras causas como el suicido y el asesinato. “Brian siempre hacía todo en el momento equivocado”, declaró Keith Richards. “Su muerte todavía no se ha aclarado, aunque esa es otra historia. No sé qué pudo pasar, pero hubo alto turbio. ¿Tuvo un ataque de asma en la piscina o le metieron la cabeza debajo del agua hasta que se ahogó? No me habría sorprendido: Brian tenía la habilidad de cabrear a la gente. Supongo que lo que mató a Brian fue que no supo combinar su trabajo como músico y la fama”. Bill Wyman también achacó la muerte de Jones a su difícil carácter: “Fuese lo que fuese lo que ocurrió, se trató de un accidente desafortunado. No creo que hubiese nadie más implicado. No veo la razón. Había dejado la banda, no estaba interfiriendo en la vida de nadie. Era solo un chico patético, acabado, que tenía un gran problema con las drogas, que tenía problemas psicológicos, que tenía problemas de salud. Realmente estaba muy mal”. Los Rolling Stones acabaron aceptando que la muerte del músico fue un accidente y no un asesinato, como recordó Charlie Watts: “Pienso que tomó una sobredosis. Que tomó un puñado de tranquilizantes, que es lo que acostumbraba hacer, y bebió, y creo que fue a nadar en un agua muy caliente (…). Sinceramente, no creo que fuera liquidado por interés, porque valía más vivo que muerto”. Por su parte, Mick Jagger lo explicó de forma más lacónica: “Brian se ahogó en su piscina. Lo demás es gente que quiere sacar dinero”.
En lugar de cancelar el concierto gratuito que los Rolling Stones tenían previsto ofrecer en Hyde Park el 5 de julio, Sus Satánicas Majestades decidieron aprovecharlo para realizar un homenaje al desaparecido Jones. Además, era una buena oportunidad para presentar en sociedad a su nuevo guitarrista, el virtuoso Mick Taylor, que se había curtido con los Bluesbreakers de John Mayall. Durante el concierto, Jagger leyó un fragmento del poema ‘Adonais’ de Percy Shelley (“Paz, ¡paz! No está muerto, no duerme / Ha despertado del sueño de la vida”). Para que el evento todavía fuera más emotivo, los Stones debían soltar unas 2.000 mariposas blancas que habían recibido del extranjero; sin embargo, al sacarlas de la caja, las mariposas se había asfixiado y el homenaje quedó reducido a un montón de insectos muertos desperdigados por el escenario.
Brian Jones fue enterrado el 10 de julio en Cheltenham, su pueblo natal. Su lápida lo decía todo: “No me juzguéis con demasiada severidad”. Charlie y Bill asistieron al entierro pero el resto de los Rolling Stones, no. Mick no estaba disponible, ya que había viajado a Australia con Marianne Faithfull para trabajar en la película de Tony Richardson “Ned Kelly” (1970). Por su parte, para Keith y su novia, Anita Pallenberg, la situación era bastante dolorosa y violenta. Al fin y al cabo, Pallenberg fue primero pareja de Jones hasta que Richards se la quitara. Además, Keith y Anita siempre fueron quienes más cerca estuvieron del fundador de los Stones.
Anna Wohlin tampoco acudió al funeral. Después de la defunción de Brian Jones, Thorogood la amenazó de muerte si contaba a la policía lo que había sucedido en la piscina. Así que a la mujer no le quedó más remedio que abandonar Inglaterra y esconderse en Suecia. No relataría su versión del suceso hasta 1999. Por otra parte, el último implicado en esta historia, Frank Thorogood, agonizando en su lecho de muerte en 1993, acabó confesando a Tom Keylock, chófer de los Stones, qué sucedió esa noche antes de dar su último suspiro: “Yo maté a Brian”.
A día de hoy, la muerte del músico sigue siendo un rompecabezas y el caso se volvió a abrir en el año 2009. La vida de Brian Jones es digna de cualquier trama hollywoodiense de ascenso y caída. La historia de un chico que subió a lo más alto fundando los Rolling Stones, la banda de rock más grande del mundo, y que cayó uniéndose al Club de los 27 en el fondo de una piscina.
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